sábado, 5 de febrero de 2022

Tanxugeiras, Rigoberta Bandini y un producto llamado Slo-Mo (Festival de Eurovisión 2022)


España podía haber mandado a Eurovisión un tema en galego, que es un idioma español, pero va a mandar un tema en spanglish de Miami. El galego, que desciende del galaico-portugues, puede considerarse la lengua romance más antigua de la península. Además de eso, la canción de Tanxugueiras contenía una frase en todas las lenguas oficiales de España. Da igual: nos va a representar una letra en spanglish. Todavía más: la canción de Tanxugueiras extiende su poder de representación a toda la península ibérica, por el vínculo lingüístico, cultural entre gallegos y portugueses, el cual se ha manifestado cuando las redes sociales se han llenado de mensajes como este: "Irmás galegas, sondes as miñas verdadeiras gañadoras! Agora queremos que as Tanxugueiras a representar PORTUGAL na Eurovisao 2022... Non hai fronteiras". 
Esto es muy bello. Lo que no es hermoso es el río de odio que inundó el Twitter de Chanel, quien no tiene la culpa de nada de lo que está pasando. Chanel es una artista de variedades, como decían nuestros abuelos; es una actriz, bailarina y cantante que canta, baila e interpreta lo que especifique el contrato. A ella la han contratado para poner en escena el producto y lo hace. Lo hace bien. Que el producto sea inmundo no es culpa suya. Que sea más americano (norteamericano) que europeo no tiene ninguna relevancia, según parece, en cuanto a la idoneidad de la representación.
Durante un tiempo se pensó que iba a ser Rigoberta Bandini quien iría a Turín. Miren que hubiera habido una sincronicidad en esto, una misteriosa atracción entre el nombre de la artista y el país que acoge el festival, atracción manifestada como un destino sutil y misterioso, y eso también hubiera sido bello. A mí me gustaba la canción de la Bandini para Eurovisión. Es una cosa entre reivindicativa e ingenua, entre comercial e indie, con buen rollo y un mensaje para llegar al corazoncito de todo el mundo, y con un eco de otras canciones dedicadas a la figura materna en décadas pasadas que no hicieron mal papel en Eurovisión. 
Pero mis favoritas eran Tanxugueiras. Ez dago mugarik. No hay fronteras. Y lo dicen desde la raíz, una raíz muy honda que despierta afinidades y temblores en el mundo subterráneo donde las raíces se comunican. Lo dicen levantando olas en el Arco Atlántico, la fachada oeste de Europa donde ya los pueblos prehistóricos se comunicaban trayendo y llevando mercancías, técnicas y mitos por las aguas costeras, intercambiando poemas, encantamientos y piezas de cerámica de sur a norte, de norte a sur.

Aí veñen, aí veñen, veñen pra quedar
Esas bravas gorxas de fondo cantar
De fondo cantar, de fondo cantar
Aí veñen, aí veñen, veñen pra quedar

Qué hermoso idioma el gallego. La canción visibiliza lo femenino de un modo más sutil que la reivindicación de Bandini, conectándolo con valores de compañerismo y fuerza, con lo ancestral y lo universal del ser humano. 

Esta noite hai foliada, esta noite hai serán
Agárdoche no terreiro, compañeiriña leal
Compañeiriña leal, compañeiriña leal...

Esto que hacen Tanxungueiras lo llaman algunos electro-folk. Igual se puede llamar también folk-pop. Siempre hay que estar mezclando ingredientes en el caldero de la cultura para que siga bullendo y de vez en cuando hay que volver a la raíz para coger un poco del polvo mágico que desprende. La música de raíz está renaciendo con nuevas mezclas y perspectivas entre los jóvenes. Claro que el mundo celta ha sido muy dado a seguir sacando agua del pozo insondable para mezclarla con cualquier licor exótico que llegara por las rutas del tráfico universal.

Frente a esto, Slo-Mo, la elegida por el destino, es una fuerza poderosa creada en una fábrica de éxitos. La discográfica B.M.G. es una multinacional de la industria de la canción. Keith Harris (estadounidense) es el productor de la cosa. Los autores son: Leroy Sánchez, afincado en Los Ángeles; Ibere Fortes, brasileño que trabaja en Miami; Maggie Szabo, canadiense y Arjen Thonen, D.J. holandés, además del mismo productor. 
Con todos esos autores y ya ven, tiene un mensaje bien simple que (dejando de lado los detalles sobre las habilidades y poderes sexuales detallados de la figura femenina que emerge de la letra y sus vaivenes) podría resumirse en tres líneas:

Soy una bomba sexual
Tengo todos los tíos que quiero
Tengo toda la pasta que pueda desear.

Muy edificante, sobre todo si suponemos (y no es mucho suponer) que la afirmación número 3 es resultado de las dos anteriores.
Si esto es empoderamiento femenino, como dice el listo de Leroy Sánchez, debe de ser el empoderamiento más antiguo del mundo. 

 



Una artista, dos proyectos en uno: Esperanza D'Ors y las sirenas que provocaron a Ulises.

  Esperanza D'Ors tiene entre manos un proyecto que es dos proyectos: por un lado, el conjunto de esculturas que forman la parte princip...