Para unos es el rostro de Dios, para otros la obra de Dios,
siempre fue lo sagrado o el lugar de lo sagrado,
madre y madrastra, dadora y destructora,
la creación y la muerte se persiguen una a la otra
en su orbe de maravillas,
sin ella nada somos, no somos (al fin y al cabo
somos ella),
y, sin embargo, hace ya tiempo se puso en marcha
un decidido movimiento que expulsa lo sagrado del mundo,
y así, para algunos ella es
el almacén que saquear, el animal al que dar caza
hasta la extinción, el escenario de
la codicia y la violencia, el objeto, la víctima
de la codicia y la violencia
hasta que estemos todos muertos
de la grave enfermedad
de matar aquello que nos sustenta.
siempre fue lo sagrado o el lugar de lo sagrado,
madre y madrastra, dadora y destructora,
la creación y la muerte se persiguen una a la otra
en su orbe de maravillas,
sin ella nada somos, no somos (al fin y al cabo
somos ella),
y, sin embargo, hace ya tiempo se puso en marcha
un decidido movimiento que expulsa lo sagrado del mundo,
y así, para algunos ella es
el almacén que saquear, el animal al que dar caza
hasta la extinción, el escenario de
la codicia y la violencia, el objeto, la víctima
de la codicia y la violencia
hasta que estemos todos muertos
de la grave enfermedad
de matar aquello que nos sustenta.