sábado, 29 de julio de 2023

La carne

 



La carne de Rembrandt y la de Francis Bacon, que vienen a ser la misma. La de los bodegones y la de los desnudos. La de los hospitales y la de los mataderos. El gran sistema de la vida es un productor de carne, pero la carne está pegada al nervio, conectada a él, y por tanto es sensible. Además, al haberse diseñado por ensayo y error en la misma factoría del planeta, toda ella está emparentada. Así lo demuestra el que a los seres humanos se les pueda trasplantar órganos de cerdo.

Poco a poco, se van poniendo las bases de una nueva industria: la de la carne cultivada. A medida que la entrada en el mercado de este producto deja de ser un proyecto y se va convirtiendo en una realidad, la oposición, la contestación y las prohibiciones entran en el juego. Pero el caso es que se está definiendo el camino hacia la separación de la carne como alimento y la carne del sacrificio. La carne cultivada ni siente ni padece. “Nada nos disgusta más que el canibalismo” escribió Robert Louis Stevenson en sus memorias, “con certeza nada disuelve más una sociedad y ninguna otra cosa endurecerá y degradará de igual manera las mentes de quienes lo practican. Y sin embargo, nosotros mismos ofrecemos una apariencia equivalente a los ojos del budista y el vegetariano. Consumimos los cadáveres de criaturas que tienen apetitos, pasiones y órganos similares a los nuestros”.

Este es un tema y el de las macrogranjas otro, aunque muy relacionado. Sin embargo, cuando el señor Garzón se pronunció sobre estas últimas como ministro de consumo, lo que vino a decir es que difícilmente pueden ofrecer productos saludables. Es decir, actuaba en el campo de sus competencias, que incluían velar por la salud del consumidor. Algunos ganaderos agradecieron sus declaraciones, porque practican la ganadería extensiva, que acaso sea la única forma posible de ganadería (en el sentido de que es la única sostenible). Ahora bien, las macrogranjas, la “ganadería industrial”, ya antes de eso había alimentado un serio descontento en Europa. El 82% de los franceses se declara contrario a esas fábricas donde, de forma poco práctica, en vez de cultivarse solo el tejido muscular se cultiva el animal con todos sus órganos, su sistema nervioso y su sufrimiento. En Alemania, los Verdes, como pueden imaginarse, no son muy partidarios, y en Italia nadie quiere una macrogranja en su pueblo, que es lo que pasa también en España si el pueblo está medianamente habitado, porque nadie quiere la contaminación que trae consigo. La aplicación de técnicas industriales a la producción de carne, cuando pasa por la producción de animales, es uno de esos monstruos que crea el sueño de la razón. España es el primer productor de carne de cerdo de Europa. Stevenson cuenta que en las islas del Pacífico donde se practicaba el canibalismo cuando llegaron los europeos, la persona que iba a ser sacrificada para brindar un festín a sus congéneres era un “cerdo largo”.

Una versión previa de este artículo se publicó el 11 de enero de 2022 en el diario El Correo

viernes, 28 de julio de 2023

Respirar

 

Hablar de Juan Fueyo es hablar de nuevos tratamientos contra el cáncer, y es también hablar del cambio climático, de la contaminación, de la sexta gran extinción y de otras muchas cosas relacionadas con la vida, con el cáncer, con la muerte. Este hombre es una eminencia, nos explican los periodistas que han estudiado su trayectoria. Últimamente se le ha entrevistado mucho porque está presentando su libro “Blues para un planeta azul”, que en inglés se dice “Blues for a Blue Planet”. Juan Fueyo vive en EE.UU desde hace más de 25 años. Si se hubiera quedado en Asturias no habría podido desarrollar una carrera profesional y una labor investigadora como las que son hoy la base de su prestigio. Ya antes de que comenzara la cumbre del clima en Egipto él nos estaba dando titulares sobre los grandes problemas que ponen en jaque nuestras pequeñas vidas. Cosas como “el Sahara está cruzando el Estrecho de Gibraltar”, “el agua potable es cada vez menos potable” o “respirar comienza a ser algo peligroso”. Cosas como “hay una relación íntima entre cambio climático, deforestación, sequías y pandemias” y “el deterioro del medioambiente aumentará los casos de cáncer”. Y no vale acusarle de catastrofista porque todo lo razona, lo argumenta, lo prueba y lo sostiene sobre datos, evidencias e investigaciones. Y no vale, tampoco, porque nos invita a hacer todo lo posible por sobrevivir. El cambio climático no ha sido algo accidental, explica en su libro, sino “un crimen con premeditación y alevosía”. Pues ahora sabemos que la industria petrolera sabía (sabía hace mucho lo que estaba pasando y lo que iba a pasar, y se dedicó a sembrar la duda y a exprimir el negocio). La humanidad está en un cruce de caminos como no ha habido otro en su historia. El planeta puede seguir adelante sin nosotros, pero nosotros, los seres humanos, dependemos de este mundo como los dinosaurios dependían del suyo, que también se les averió. Aquí lo fantástico es que la avería la hemos causado nosotros. Aire respirable, agua potable, alimentos abundantes y un clima propicio ¿serán pronto cosa del pasado? ¿Qué podemos hacer? Todo lo posible por adaptarnos a lo que no se pueda evitar y evitar lo que aún sea posible impedir. ¿Qué haremos? Esa niña tristemente famosa por proporcionar el primer caso minuciosamente documentado de una muerte causada por la contaminación no es como la niña de Rajoy. La niña de Juan Fueyo, la que él cita, tiene nombre (Ella Adoo-Kissi-Debrah) y la mataron los gases y partículas nocivas que contiene el aire de Londres. Hemos creado un mundo en el que, efectivamente, respirar es peligroso, y este aire que mata es el mismo que ocasiona el cambio climático, que también mata, como la guerra. 

Este artículo se publicó en el diario El Correo el día 22 de noviembre de 2022. Hoy lo publico en este blog porque el libro de Juan Fueyo sigue vigente, y el tema seguirá siendo El Gran Tema, durante mucho tiempo.

Una artista, dos proyectos en uno: Esperanza D'Ors y las sirenas que provocaron a Ulises.

  Esperanza D'Ors tiene entre manos un proyecto que es dos proyectos: por un lado, el conjunto de esculturas que forman la parte princip...