Existe
un país en el que puede celebrarse un referendum y la ciudadanía
aprueba un límite para los sueldos de los directivos, pero ese país
no es España, desde luego no es Cataluña y tampoco es Euskalherria.
España no es Suiza, aunque gran parte del dinero que nace en España
muere en los bancos suizos, que son un mar con muchos ríos y
afluentes y cuencas bancarias. Existe también un país que se
embarcó en la economía de los servicios financieros y casi se
arruina, incluso podemos decir que se arruinó, pero el gobierno
escuchó las protestas ciudadanas, se convocaron elecciones y la
gente votó a Jóhanna Sigurðardóttir
quien,
al frente de un nuevo gobierno, de coalición éste, puso en marcha
un proceso de regeneración política y un saneamiento de las cuentas
nacionales basado en la economía real. Islandia es especial, claro,
es un país pequeño, dicen que “un país de vecinos”. ¿Será
eso lo que quieren hacer los catalanes al organizarse como Estado
independiente? ¿Podría ser más fácil para los países pequeños
flotar en las aguas revueltas de esta nueva edad económica? Y si en
una Cataluña independiente un puñado de banqueros (o de políticos,
que son muy capaces) llevara el país a la ruina ¿terminarían entre
rejas, como en Islandia?
Las
respuestas siempre son menos que las preguntas. Las dudas no siempre
coinciden con las preguntas. Ni las certezas con las respuestas. Los
datos tienen una gran belleza, la misma belleza de las herramientas y
del paisaje industrial. Son puros, son precisos. El diario El Correo
ha publicado recientemente unos datos determinados: las ganancias de
un grupo de altísimos ejecutivos españoles. Felipe Benjumea,
presidente de Abengoa, cobró 4,8 millones en 2012; Antonio Brufau
(Repsol), 4,89, millones; José María Entrecanales (Acciona), 4,5
millones; Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), 7,5; César Alierta
(Telefónica), 10,27 millones en 2011 (no se tienen los datos del año
pasado), Pablo Isla (Inditex), 20 millones también en 2011;
Florentino Pérez (ACS) cobro, ese año también, 6 millones entre
sueldo y pensión (poca cosa); Alfredo Sáenz (consejero delegado del
Banco Santander indultado por el Gobierno en 2011) ganó 8,2 millones
en 2012 (es decir, 23.000 euros al día); Rafael Villaseca (Gas
Natural) sólo ganó 2,7 millones en 2012 y Francisco González
(BBVA) 2,6. ¿No es bonito? Pero todos ellos, pobres, han visto
congelado o reducido su sueldo. Dicen que los ejecutivos españoles
son los los cuartos mejor pagados de Europa. Es un precioso panorama
de cifras, pero todo es decirlas y se empiezan a llenar de sombras.
Luego, en cuanto se juntan con otras cifras (sobre sueldos en
general, pensiones, pobreza o trabajadores que no van a percibir
nunca una pensión de jubilación) se manchan más y dicen cosas.
Hablan y no callan. Parecen aves parlanchinas (de mal agüero).