Ya
dice el poeta José Fernández de la Sota que somos tres cuartas
partes de agua y una de miedo. Lo dice en un poema o texto titulado
“Miedo”. Lo dice, cuantas veces ustedes quieran escucharle, en
You Tube, acompañado por el guitarrista Jon Bañuelos, en un poema o
texto que termina así: “tatuaje, herida, casa, última propiedad
del hombre, corazón del mundo”. Eso es el miedo. El mundo de
nuestros días parece estar otra vez, como tantas otras veces, como
en muchas otras crisis lejanas y cercanas, en las manos del miedo. Un
miedo que va de veras, que no es un juego de adolescentes ni una
película de Amenábar. Un miedo que va y viene por las autopistas de
fibra óptica y por los mercados. Los mercados tiemblan, se agitan,
tienen fiebre. El miedo ha infectado la economía, la economía da
miedo. Dan miedo los mercados que se asustan y las reformas que se
hacen y las que no se hacen. Dan miedo los recortes de Rajoy y el
rumbo de la Comunidad Europea, que le marca el rumbo a Rajoy. Dan
miedo las advertencias del New York Times sobre la mala gestión de
la crisis de deuda en Europa que obliga a una mala gestión de la
crisis en España, donde la purga prescrita por Merkel está dando
resultados, pero malos. “Ningún país puede pagar sus deudas
asfixiando su crecimiento económico”, ha dicho el editorialista
del New York Times. Según el editorialista del New York Times, el
Gobierno está estafando “a la fuerza de trabajo de mañana para
pagar la burbuja inmobiliaria de ayer”. El Gobierno, es verdad,
trató de negociar una reducción de la deuda más flexible. No
consiguió gran cosa. Según el New York times, afrontamos “un
ciclo destructivo”: A más recortes, más contracción económica,
y a mayor contracción de la economía, más recortes. El diario
neoyorkino avisa, y la revista Science, otra de las publicaciones más
prestigiosas del mundo, le ha dedicado un artículo de análisis a la
ciencia española, no por sus logros, sino por su destrucción. ¿Qué
futuro le espera a un país que barre su sistema de investigación y
desarrollo? Ninguno. La gente lo sabe y por eso tiene miedo. Euskadi
es una de las comunidades autónomas que más ha apostado por la
investigación y la innovación, con buenos resultados, y en los
últimos días se ha hecho famosa una frase de Fernando Cossio,
director de Ikerbasque, la Fundación Vasca para la Ciencia: «Los
países ricos no invierten en ciencia porque son ricos, sino que son
ricos porque han invertido en ciencia» No nos podemos permitir el
lujo de derrochar, ni tampoco de retirar el dinero de allí donde es
imprescindible: por ejemplo, la investigación. Por ejemplo, la
educación. No es de extrañar que la consejera Isabel Celaá se haya
revuelto contra las medidas de recorte en este último terreno. El
único miedo del Gobierno de España parece ser hoy el miedo a la
intervención. A los ciudadanos nos asusta ver cómo se desvanece el
mañana.
Publicado en el mes de abril de 2012 en el diario El Correo