lunes, 18 de marzo de 2013

11 de Marzo (Recordar)


Es 11 de marzo y el año ya empieza a correr hacia el 11 de septiembre. Pasa y gira el año. No es el mismo cada vez que pasa pero pasa por todos los aniversarios y las celebraciones y los días dedicados y los recuerdos instituidos y las fechas históricas. Hay muchas cosas que recordar. Muchas cosas en que pensar. No basta un día para cada cosa: se acumulan los santos, las campañas, los recordatorios y los muertos. Mejor no recordar cómo se ha celebrado el Día de la Mujer en Ponferrada este 8 de marzo, aunque será difícil que lo olvidemos. El calendario es religioso y laico, luctuoso y celebratorio, burlesco y trágico. Gira como la confusión, como las espirales que son galaxias, como los torbellinos. 

El 11 de marzo es, desde hace dos años, el día de acordarse de lo que pasó en Fukushima, y desde hace nueve, el de escuchar a las víctimas del atentado de los trenes de Madrid. Es más difícil escuchar a los 191 muertos que a los más de 2.500 afectados a los que les cambió la vida para arruinarsela de golpe o progresivamente, en parte o del todo. Aunque existen formas de escuchar a los muertos, y no precisamente a través del espiritismo. Pues dejan recuerdos, testimonios, papeles, fotografías, testamentos, cuentas bancarias y cuentas de Facebook. Dejan supervivientes, herencias, rencillas, deudas. Los muertos dejan su huella, más pequeña o más grande. Incluso los hay que no dejan huella, ninguna, nada de nada, pero eso es más raro. La huella de los muertos también la va borrando el tiempo. 

Manuel Vilas, el escritor, tiene la manía de comunicarse con el más allá en unos textos delirantes y lúcidos. A veces habla con Dios. Ahora ha empezado a hablar con el comandante Chávez, como él dice, y aunque tienen muy buen rollo y Chávez le ha nombrado teniente bolivariano, él se ha permitido reprocharle al caudillo difunto que no hubiera sabido despedirse. En fin, cuantos más muertos se van añadiendo al territorio del recuerdo más interlocutores fantasmales tiene Manuel Vilas, a quien sigo en Facebook y por eso estoy al tanto de sus andanzas y sus diálogos. Aunque las redes sociales y estas cosas también están llenas de fantasmas: los de los vivos, los de los muertos y los de los suplantadores. Sabemos que un falso Iñaki Gabilondo ha conseguido 25000 seguidores en Twitter en pocas horas. Son 25000 presencias espectrales, virtuales, persiguiendo un espejismo. A Félix Romeo todavía lo tengo de amigo en Facebook aunque lleva muerto casi dos años. Qué multiplicación de la realidad, de la imagen, la sombra, el arte, la belleza, el horror, la memoria y el engaño ha traído consigo la Red de redes. Vilas habla con el Más Allá, y una, que es más modesta, habla con la Realidad, pero a veces sospecho que son la misma cosa.

 [Artículo publicado en el diario El Correo bajo el titulo "Recordar"]



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