¡Cómo se agita en días laborables
sobre las carreteras! Arde, bulle,
sale de la ciudad. También regresa.
Va camino del centro comercial.
La tarde es numerosa, bien poblada
de gentes, bien provista de artilugios,
(tartanas con motor, grandes camiones,
todoterrenos, coches familiares
y deportivos rojos y ambulancias).
La tarde es excesiva muchas veces.
Y quizás va a llegar la mala hora
en que no pueda ya con tantos coches,
con tanta agitación, con tanto afán
de correr y llegar a ningún lado.
La tarde es numerosa y solitaria,
pues en medio del caos y la abundancia
hay gentes preguntando por su vida,
cada uno en su coche, cada uno
en su banco, mirando hacia la noche.
(Del Libro Poemas para la gente, 2007)