viernes, 6 de septiembre de 2013

Las cosas

Las cosas nos rodean como un segundo mundo natural y como una segunda naturaleza humana. Las cosas proceden del mundo natural y, en última instancia, son parte de él, puesto que todo procede del mundo natural, también lo que distinguimos con el nombre de “artificial” porque sabemos que es obra nuestra, aunque no consideremos que son artificiales los termiteros ni los nidos ni las complejas habitaciones de la mangosta africana, que sabemos que son obra suya. Las cosas pertenecen a ese segundo sistema dentro del cual vivimos, que se incrusta en los sistemas naturales y sobrevive cuando funciona como parte de los mismos, mientras que, si va a la contra, se convierte en una poderosa infección que acaba destruyendo al huésped junto con el anfitrión. Lo que llamamos civilización consiste sobre todo en la multiplicación de las cosas y lo que llamamos globalización es en parte la gran danza de las cosas a través de los continentes, su hibridación y fecundación, a veces su distorsión y su ruina. Vivimos rodeados de cosas y dentro de las cosas. Grandes cosas dentro de las cuales habitamos y pequeñas cosas que nos acompañan. Las cosas son el material, la forma, la función y el tiempo. Vivimos rodeados de cosas de otros mundos que estuvieron aquí, cosas a veces muy antiguas, a veces remotas, con frecuencia no tanto. Hay cosas jóvenes, muchas cosas recientes salidas del más poderoso sistema de producción de cosas que ha conocido la humanidad, pero como el tiempo social e histórico se ha acelerado tanto, estas cosas jóvenes en seguida se vuelven viejas. Hay cosas que han viajado por el tiempo de nuestra vida y cosas que han viajado por nuestro tiempo pero vienen de distancias mucho mayores y nos traen mensajes de otra humanidad. No es cierto que las cosas no tengan alma: las cosas son el alma. En los objetos que produce cada civilización se ve el alma humana, en general un alma colectiva. Más recientemente algunas cosas nos han permtitido ver también el alma individual, que es un invento relativamente nuevo.




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