Realidad
es una palabra que me gusta porque además de referirse a algo que
está ahí es también una hipótesis, es siempre una hipótesis, es una de esas palabras que, cada vez que la dices, se ajusta a una de
sus definiciones o escapa de ella por algún lado, se estira y se
contrae como el espacio-tiempo bajo la influencia de las ondas
gravitacionales. La ciencia ha ampliado enormemente nuestra idea de
la realidad y la ha desbaratado, hasta el punto de que antes creíamos
que la realidad seguiría ahí pensáramos lo que pensáramos de
ella, y ahora ni de eso podemos estar seguros. Precisamente la
noticia de que en las instalaciones de LIGO, en Lousiana, se han
detectado ondas gravitacionales nos acaba de sumergir en un mar de
términos y conceptos de física cuántica, un terreno donde la
realidad se vuelve irreconocible. Para andar por la vida, sin
embargo, nos sirven y nos bastan las ideas intuitivas de lo que es
real, más relacionadas con la sociología y con la psicología
primaria que con la filosofía o la física teórica: decía Philip
K. Dick, el autor de ciencia ficción, que realidad es aquello que no
se va aunque dejes de creer en ello. A Einstein se le atribuye la
siguiente cita: “la realidad es una ilusión, aunque se trata de
una ilusión muy persistente”. Lo cierto es que a Einstein se le
atribuyen muchas frases que no son suyas. No sé si esta es una de
ellas, pero es una buena frase. La revista americana Philosophy
now
propuso en una ocasión a sus lectores como pregunta del mes “¿qué
es la realidad?”. Los editores seleccionaron una docena de
respuestas, todas diferentes. Con frecuencia usamos la palabra
“realidad” como sinónimo de lo que Freud llamó “principio de
realidad”. Esto tiene más que ver con la definición de Philip K.
Dick que con el experimento de la doble ranura que se ha vuelto
definitivamente popular gracias a la serie The Big Bang Theory, si no
lo era antes. En este experimento (creo que en la serie lo ha
explicado alguna vez el famoso físico de ficción Sheldon Cooper) la
luz se comporta como ondas o como partículas según el observador
esté o no esté presente. Cada rama de la ciencia nos da acceso a un
estrato de realidad y cada rama de la filosofía nos da una visión
de la realidad. También los medios de comunicación, donde la
realidad se nos presenta no sólo como algo que está ahí fuera,
sino como algo que está entre todos, como las convenciones, las
finanzas, el dinero, que no es nada y lo es todo. Después de viajar
con Kip Thorne, experto en relatividad, a un agujero de gusano, la
cámara gira y enfoca la calle que tiene un resplandor irreal pero
inexorable. Como un alveolo en el mundo físico, a la vez
extraordinaria creación de la mente, podemos ver la farsa humana,
con Esperanza Aguirre protagonizando La gran dimisión (recurrente película) mientras el
frío arrecia en las esquinas. Aunque decidas no creer en él, el
frío sigue ahí.
jueves, 24 de marzo de 2016
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